Reportaje fotográfico por los montes de Dima y la cueva de Baltzola. Septiembre.
Con unos amigos de Denbora, fuimos a visitar la impresionante cueva de Baltzola, en Dima, a poca distancia de Igorre.
Dejamos el coche aparcado junto a una ermita, a un escaso cuarto de hora de camino a pie hasta la cueva. Camino muy fácil, para niños, buen día y entorno precioso, muy disfrutable.
En una cueva, que parece un tunel de carretera de montaña de segunda, aprovechamos para hacer unos retratos iluminando con paraguas blanco, con el fotógrafo compañero y nos entretuvimos un buen rato.
Al llegar a la entrada de la cueva de Baltzola, impresiona la dimensión de la misma sobre nuestras cabezas. La altura, la anchura... con la sensación de hormiga bajo esas paredes.
Allí es habitual ver a deportistas escaladores de mucho nivel; las paredes de la cueva tienen rutas de dificultad 9B+, según nos explicaron, la máxima dificultad que existe. Era inimaginable cómo se colgaban y agarrados por dos dedos trepaban venciendo su propio peso en esos techos. Impresionante... verlo para creerlo.