Las vacaciones de verano de un fotógrafo apasionado, agosto
Llega el deseado verano, en el que aprovechar los largos días, cálidos, llenos de luz, de puestas de sol deslumbrantes, pacificadoras, campos relajados y pueblecitos convertidos en viveros por la llegada de los estresados huídos de la ciudad frenética, monótona, gris. Nunca sientan tan bien las cervecitas y nuestras preocupaciones ya no cuentan el soporte de la obligación adquirida. Los caminos cobran sentido y los miradores muestran su bello entorno más que nunca en el año.
Como fotógrafo agradezco la mayor cantidad de luz, que me permite ajustes más tranquilos en cámara, sin pensar en trepidaciones, sin necesidad de equipos añadidos... pasos de luz de sobra para todo, hasta para encuadres de tele. Puestas de sol cálidas sin necesidad de chaqueta, con los pies en el agua agradeciendo su suave masaje.
Es el verano. En esta entrada he incluido fotos que me han gustado del mes de agosto. Fostos sin presión, sin tensión... han salido sin buscarlas; en las caminatas por Burgos, los paseos por Barakadlo o los pasos sosegados de la orilla de la playa.
Qué le voy a hacer, me apasiona la cámara, hacer fotos... hasta en mis momentos de descanso disfruto haciendo fotografías, retratos, paisajes... me da igual. Quiero color, motivos completos y seguir disparando.