Ocaso desde la dársena de la Benedicta en Sestao, Septiembre.
Yo soy miembro de la asociación de fotografía Denbora, de Barakaldo.
Una de las muchas actividades que realizamos, es la quincena fotográfica bianual, que resumido, son 15 días, en los que preparamos exposiciones, realizamos reuniones con profesionales, damos un repaso a todo lo realizado... pero sobre todo... nos lo pasamos muy bien. Nos contamos chistes malos de fotógrafos y cosas así... sí, lo sé... es total, vamos.
Bueno, igual no es demasiado divertido para el ajeno a esa afición, pero sí que nos nutre mucho al ser una buena oportunidad para compartir y seguir admirando y aprendiendo.
Una de las exposiciones de esta quincena fotográfica, está dedicada a la ría, en toda su extensión... así que para la realización de mi fotografía, pensé y paseé durante días por las orillas buscando cual podía ser el mejor lugar. De hecho, varios días he salido a cazar esa foto.
Como bien sabéis, la fotografía es luz... y una buena fotografía se distingue sobre todo por una buena luz, en la fotografía de paisaje es la responsable del 90% de la calidad de la misma. Luz. Luz. Luz...
Pues bien, en este día, tuve la gran suerte de encontrar la luz que andaba buscando... tuve suerte, pues no es habitual. Puedes estar preparado muchos días y nada. Hallé las esperadas nubes bajas que con el ocaso, se iluminasen como grandes flashes, tiñéndose de los ocres y naranjas intensos, que producen en las fotografías un gran impacto visual por los tonos tan intensos y saturados que muestran.
Desde la misma ubicación que elegí, a pesar de ser poco original, realice disparos con varias focales: 28 mm., 50 mm., 135 mm., y 300 mm. con tiempos de exposición prolongados y en algunas utilizando varios valores para realizar una única foto.
Ésta es mi selección.